La anticoncepción no te empoderará, pero esto sí

Estaba sentada en una mesa en la sala de exámenes de la oficina médica. Escuchaba a medias, ya que estaba concentrada en mi hijo recién nacido que estaba recostado cerca de mí, mientras que la enfermera parloteaba mientras llenaba formularios. De repente, la enfermera me hizo una pregunta que rompió mi estado de felicidad.

“¿Qué clase de control natal estás pensando en usar?”

Es una pregunta tan simple que estoy segura es realizada a varias mujeres por sus proveedores médicos. Después de todo, según lo que he escuchado de unas cuantas organizaciones, hacer uso de los controles natales para prevenir la concepción de un hijo significa que las mujeres se están empoderando confiadamente para vivir como ellas desean.

Sin embargo, cuando la enfermera hizo esa pregunta, no sentí el empoderamiento exorbitante, ni confianza, ni la fuerza de la que había oído hablar. Al ser cuestionada sobre cómo quería regular artificialmente mi fertilidad, me impactó la triste idea que yace detrás de las palabras de la enfermera: que soy incapaz de controlar mis acciones y necesidades, y por eso necesito apagar el don de mi fertilidad.

Había escuchado los lamentos de otras mujeres sobre los efectos secundarios adversos de la anticoncepción, como las náuseas y la fatiga. Cuando oí estas quejas por primera vez, no me pareció que la anticoncepción las estuviera empoderando; en lugar de eso, se estaba convirtiendo en una carga pesada para ellas. Un tiempo más tarde, cuando leí un artículo danés[i] reciente que vinculaba la depresión con el control natal, no pude ver los efectos alentadores y elevadores de la confianza que suelen ser atribuidos a los anticonceptivos. En cambio, continué notando que muchas mujeres están siendo oprimidas y controladas por métodos artificiales de control natal.

¿Debería la idea de “empoderamiento femenino” presumir que las mujeres necesitan manipular su fertilidad de este modo? No lo creo así. Usar controles natales y sucumbir a sus efectos negativos no es empoderamiento. Ser tratadas como un animal salvaje que no puede controlarse a sí misma no es empoderamiento. Usar anticonceptivos porque algunos profesionales médicos y los propios colegas lo apoyen, no es empoderamiento.

Alternativamente, hay un gran modo por el que las mujeres pueden efectivamente empoderarse a sí mismas respecto de sus cuerpos: conocimiento. En vez de colocarse anticonceptivos en el cuerpo, las mujeres pueden aprender sobre cómo funciona naturalmente su fertilidad.

Cuando comencé a leer sobre el ciclo de fertilidad femenino, quedé impresionada. Comprendí porqué experimentaba ciertas sensaciones a lo largo de cada mes, con las hormonas causando cambios sutiles en mi cuerpo. Aprendí cómo, unos pocos días después de que un óvulo haya sido liberado, una mujer experimentará un tiempo de infertilidad antes de que su cuerpo comience el siguiente ciclo. A medida que iba aprendiendo más y comenzaba a observar mis signos de fertilidad, me empoderé. Sabía lo que mi cuerpo estaba haciendo, y sabía los motivos de los cambios. Me volví más confiada, porque podía prepararme y trabajar con mi ciclo natural de fertilidad, en lugar de trabar contra él.

Los anticonceptivos tapan nuestros ojos y evitan que veamos el increíble regalo y la belleza del cuerpo femenino y su fertilidad. Al vivir en ignorancia, sobre cómo funciona de manera natural el ciclo de fertilidad, y por el uso de anticonceptivos para manipularlo, las mujeres no se están empoderando. Hay muchos sitios web, aplicaciones, y libros que pueden ayudar a las mujeres a aprender y registrar sus ciclos naturales de fertilidad. Si las mujeres ahondaran en el conocimiento sobre el funcionamiento natural de sus cuerpos, y cooperaran con ese proceso, ellas tendrían una mayor confianza, serían más saludables y fuertes que si se dejasen llevar por el mensaje cultural sobre el control natal.

[i] https://www.theguardian.com/society/2016/sep/28/women-taking-contraceptive-pill-more-likely-to-be-treated-for-depression-study-finds