Lo que un primer beso te dice
Recientemente leí un artículo llamado “lo que un primer beso te dice”, y no me pareció correcto. La autora afirmaba que el primer beso era como una evaluación. Ella escribió que es así como confirmas si un muchacho está interesado en ti, es así como determinas si él es confiado.
Y quizás, para ella, eso es el primer beso. Y tal vez también lo sea para ti, una aguja para medir cosas, como tu interés en una persona, o la confianza de una persona.
Pero, ¿se supone que sea así?
Las personas besan para expresarse, pero la autora sugería que un beso puede expresar algo por sí mismo, lo que nos permite hacer de un primer beso una guía por la cual tomar decisiones vitales. (En defensa de la autora, ella agregó una advertencia, la cual he de parafrasear: probablemente no termines con alguien simplemente porque el primer beso haya sido raro).
Sin embargo, las estadísticas que ella citó, las cuales dictan que muchas personas terminan relaciones por “malos” besos, aluden a argumentos que he escuchado antes, en respuesta a posts más viejos que he escrito: que uno primero debe ser físicamente íntimo y luego evaluar esa intimidad física en orden a determinar si existe “química”.
¿Sabes lo que es eso?
Es una mentira.
Es la misma mentira que parte de nuestra cultura nos dice sobre el sexo: que debes tener sexo fuera del matrimonio, que debemos usarlo como una guía por la cual decidir si se mantiene esa relación o no.
Es por esto que las personas que no creen lo que yo creo sobre el sexo (que es un signo sagrado de los votos que esposo y esposa proclaman en el altar) consideran como una mala idea esperar al matrimonio para tener sexo.
Es por esto que cuando escribí “Por qué soy virgen”, muchos lectores se angustiaron. Me llamaron loca en los comentarios y mails, me llamaron tonta por no llevar a los hombres a “pruebas de manejo”.
Respondieron como si debiéramos ser físicamente íntimos en orden a determinar quién nos atrae (no es así). Como si los labios pudieran determinar la viabilidad de una relación (no es así). Como si el amor auténtico no tuviera potestad alguna sobre lo que sucede la primera vez que las bocas se encuentran (no es así).
Denominar a un beso una medida que debemos usar en nuestra búsqueda para determinar “qué tan interesados estamos el uno del otro” o “si un muchacho está lo suficientemente confiado”, es simplemente para encubrir otro tipo de búsqueda desafortunada, de algo que es tan primariamente buscado: la gratificación sin esfuerzo.
Pero cuando es eso lo que buscamos, nos privamos mutuamente de algo para lo cual estamos diseñados: amor verdadero.
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Arleen Spenceley is author of the book Chastity is For Lovers: Single, Happy, and (Still) a Virgin (Ave Maria Press, Nov. 2014). She works as a staff writer for the Tampa Bay Times, and has a bachelor’s degree in journalism and a master’s degree in counseling, both from the University of South Florida. She blogs at arleenspenceley.com. Click here to follow her on Twitter, click here to like her on Facebook, and click here to follow her on Instagram.