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¿Es amor o es uso?

Salir con alguien: ¿es un amigo sólo para besar?

Recientemente estaba en un vuelo con una estudiante del último año de la universidad y comenzamos a hablar sobre citas casuales, la cual ella definió como “un amigo con quien te das besos”. Mientras más hablábamos de esto, admitió “no se siente correcto”. Entonces le pregunté directamente si es una situación en la que básicamente se usan el uno al otro, a lo que respondió tímidamente: “bueno… de hecho… sí”.

El uso mutuo físico y/o emocional generalmente es visto como parte de la ecuación de las citas en estos días. Los muchachos pueden darle a las muchachas el afecto y la atención que buscan si ellas les dan la gratificación sexual que desean y viceversa. Salen un tiempo y les parece divertido porque ambas partes obtienen algo que desean. SIN EMBARGO, cuando realmente piensan en ello, no quieren ser tratados como un objeto que satisface a otra persona porque, como mi vecina en el avión admitió, no se siente correcto.

Puesto que el uso está tan enraizado en nuestra cultura, se dificulta ver la diferencia entre un cuidado genuino y el mutuo uso. Nuestro corazones se han confundido con la idea de que está bien el uso, que a duras penas podemos detectarlo cuando es la base de nuestra relación. Pero cuando esa voz silenciosa susurra no se siente correcto, nos lo debemos y se lo debemos a otros el buscar algo mejor, y yo creo que algo mejor comienza con el esfuerzo de algo que Aristóteles llamó una “amistad virtuosa”.

Amistad Virtuosa: Los lentes para las buenas relaciones

Una amistad virtuosa es una que se basa en la persecución del común objetivo de vivir una buena y virtuosa vida juntos.

No se preocupa por la ganancia personal; mas se preocupa por el mutuo crecimiento en la virtud, que es aprender cómo hacer lo correcto, en el momento correcto, del modo correcto. En orden a que una amistad sea verdaderamente virtuosa, cada parte ha de permitir que el objetivo mayor de perseguir la virtud juntos sea quien guíe sus acciones. Y si bien no siempre conseguirán alcanzar ese ideal, éste se ubica entre sus objetivos primarios y es algo por lo que se esforzarán continuamente.

Digamos que una relación se convierte en una de larga distancia con poca comunicación. ¿La ausencia de su presencia física se llevaría consigo todos los buenos sentimientos? ¿Y qué acontece con una pareja que sale en citas y que han estado durmiendo juntos por meses, y si han dejado de tener sexo debido a una enfermedad o a una lesión, o porque ellos decidieron perseguir la castidad? ¿La relación se dirigiría hacia una ruptura?

Si en estas situaciones la ausencia de un elemento útil o placentero, junto con el agregado requisito del sacrificio, condena la relación a su final, entonces es un signo seguro que la relación está basada en el uso. Si dejar de lado buenos sentimientos o gratificaciones sexuales quita el amor, entonces el amor nunca estuvo realmente ahí para empezar.

La prueba: ¿Es uso o es amor?

Para descubrir si tu relación se esfuerza por el amor o si está basado en el uso, simplemente pregúntate, ¿está nuestra relación basada en el crecimiento mutuo en la virtud o no? (Y por favor ten en mente que este compromiso de perseguir la buena vida juntos debe ser bilateral, porque si no lo es, puede que no estés usando, pero probablemente te estén usando).

Si la relación se preocupa en querer lo que es mejor para cada uno y ayudarse el uno al otro para convertirse en la mejor versión de sí mismos que Dios los llama a ser, entonces vas por buen camino. Si estás para servir y no para ser servido, felicidades, el riesgo del uso mutuo es reducido. Si tu relación no se basa en condiciones como “te amaré si… cuando… mientras que…” puedes estar seguro que el objetivo no es usarse mutuamente como para llenar espacios vacíos, sino esforzarse para amar al otro así como Dios nos instó a amar.

¡Sean santos, lo vale!

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Lisa Cotter es una conferencista solicitada en toda la nación sobre temas como relaciones, feminidad y vivir la vida con excelencia. Ella es una graduada del Benedictine College; desde el 2007, ella y su esposo, Kevin, han servido en FOCUS (Fellowship of Catholic University Students) como familia. Lisa y Kevin son los coautores de “Dating Detox” y ella es la fundadora de Made to Magnify, un ministerio con la misión de ayudar a la gente a convertirse en santos, porque lo vale.

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