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Consejo para el discernimiento matrimonial

Salir con alguien puede parecer como un laberinto. Aquellos que son jóvenes y están teniendo citas aún no se han casado, por lo que las aguas de una nueva relación son todavía territorio desconocido.

¿Cómo sé si ésta persona es buena para mí?

¿Cómo sé si es la persona indicada?

¿Esta relación durará para siempre o eventualmente se desintegrará?

Estas son preguntas que todos los que entran en una nueva y esperanzadora relación se preguntan. Son preguntas necesarias, pero no son de gran ayuda. Parecieran plantear mil preguntas más pero no quitan la incertidumbre.

Yo sugiero que en lugar de hacerte esas preguntas, las cuales son muy amplias y resulta fácil engañarte con las respuestas, examines a tu pareja a la luz de las preguntas que te dejaré aquí abajo.

¿Confiaría en esta persona para criar a mis hijos si algo me llegara a pasar?

Es una pregunta seria que debería ser respondida tempranamente en la relación. No debes salir con el potencial de alguien, sino con la persona en sí. Una persona puede deshacerse de malos hábitos o desarrollar nuevas virtudes, mas no deberías sopesar tu vida matrimonial con alguien que cambia un mal hábito luego de haberte comprometido a esa persona. El propósito del matrimonio es tener hijos y educarlos en la fe. Si tu pareja no está lista para semejante tarea, entonces puede que no esté lista para esta relación. ¿Es esta persona alguien en quien pueda confiarle la tarea de educar a mis hijos en la fe? ¿Esta persona educará a mis hijos los valores y creencias que me son importantes? Si la respuesta es no, será entonces el momento adecuado para evaluar seriamente los méritos de la relación; si la respuesta es sí, entonces puede que sea la persona con la que Dios quiere que te cases.

¿Estoy de acuerdo con que mi hijo o hija crezca y sea igual a mi pareja?

Todos tenemos nuestras faltas. Nadie es perfecto, pero ¿aprobarías que tu hijo se comporte del mismo modo en que tu pareja se comporta? ¿La persona con quien salgo es amable y cortés con otros, o es egoísta y grosero? Es inevitable que tus hijos exhibirán cualidades de ambos padres. Entonces pregúntate, ¿estoy de acuerdo con que mi hijo se comporte de esta manera? Si te sentirías honrado de tener un hijo que se comporte como tu pareja, puede que sea una signo de que Dios te llama a casarte con esta persona; si te sentirías decepcionado de que tu hijo se comportase como tu pareja, puede que sea un buen momento para reevaluar la relación.

¿Cómo trata mi pareja a su padre del sexo opuesto?

Este consejo lo obtuve de un sacerdote llamado padre Sebastian. ¿Cómo trata tu novia a su padre? ¿Es cortés, cariñosa y amable con él? Si es así, las probabilidades dicen que ése será el modo en que te tratará cuando estén casados. ¿Es obstinada y abrasiva? Si es así, las probabilidades dicen que ése será el modo en que te tratará cuando estén casados. ¿Tu novio honra a su madre y la trata bien? ¿Hace lo que ella le pide ni bien se lo pide y sin quejarse?  Si es así, las probabilidades dicen que ése será el modo en que te tratará cuando estén casados. ¿Maltrata a su madre y se queja de ella a sus espaldas? ¿Él falla al escucharla? Si es así, las probabilidades dicen que ése será el modo en que te tratará cuando estén casados.

¿Esta persona mejora mi amor a Dios o compite con Dios por mi amor?

Si oras más seguido ahora que estás con tu pareja que antes de haberla conocido, entonces vas por buen camino. Si tu vocación es el matrimonio, entonces Dios te llama al Cielo a través de tu cónyuge e hijos. La familia que formarán será el trabajo que Dios usa para santificarte y hacerte feliz. Si tu pareja es alguien que te aleja de Dios en lugar de acercarte a Él, entonces la relación se estancará. Tu pareja debería santificarte y hacerte amar más a Dios. De hecho, ¡tu cónyuge será la persona por medio de quien amarás a Dios! Él o ella te alentarán a rezar el Rosario e ir a Misa diariamente. Las buenas relaciones están enraizadas no en un amor el uno por el otro, sino en un mutuo amor de Dios a través del otro. Si tu posible futuro cónyuge te alienta a amarlo más que a Dios o a amar cualquier otra cosa más que a Dios, la relación precisará terminar.

Estas preguntas deberían ayudarte a descartar rápidamente las relaciones que son malas para ti y preguntarte más seriamente sobre la relación que Dios ha planeado para ti. Como sucede con todo, Dios tiene un plan para ti y te dará lo que sea que necesites para llevar adelante Su voluntad. Confía siempre en Su misericordia y pide humildemente por sabiduría en tu discernimiento, y Dios proveerá.

Más allá de tu contexto o tus perspectiva de las citas, este consejo debería ser práctico e iluminador. Éstas preguntas fueron las que usé cuando le pedí a mi ahora prometida matrimonio hace dos meses. Dios es rico en misericordia y plenifica cada uno de nuestros deseos, todo lo que necesitamos es paciencia y fe.

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