Rechazada
¿Te has sentido rechazado/a alguna vez? No me refiero al tipo de rechazo que sientes cuando no te invitan a algún lugar, o cuando invitas a salir a una persona y ella no acepta la invitación. Estoy hablando de una sensación de rechazo más profunda y persistente, por la que nunca te sientes deseable, lo suficientemente bueno/a o digno/a de amor.
Me di cuenta de que esta es una herida que llevo desde la infancia. Si alguien nos lastima cuando somos más vulnerables e inocentes, eso nos roba muchas cosas. Absorbemos un mensaje tácito paralizante: “No fuiste lo suficientemente bueno/a para estar protegido/a. No fuiste lo suficientemente digno/a de amor para mantenerte a salvo y no valía la pena luchar por ti. No fuiste suficiente para merecer el amor y nunca lo serás”.
Verás, eso es lo que el diablo quiere que creamos. Al mirar atrás, mi vida se ha visto muy afectada por los pecados de otros. Como el abuso sexual no es algo que se pueda simplemente “superar”, su efecto dominó influyó en mis relaciones de pareja en la escuela, mi matrimonio e incluso en mi maternidad. Sin darme cuenta, viví afectada por esa herida durante tanto tiempo que dejé que definiera quién era y en quién me iba a convertir. Podría habernos destruido a mí y a mi familia si yo no la hubiera enfrentado. Por supuesto, fue difícil mirar cara a cara a todos los secretos de mi pasado. Algunos parecían unos gigantes a los que nunca podría vencer. . . y la verdad, no lo podría haber hecho luchando contra ellos por mi cuenta.
Si puedes identificarte con lo que estoy diciendo, debes saber que no estás solo/a. A veces, la vergüenza, la desesperación y el dolor parecen insoportables. Pero el único que finalmente puede sacarnos de la oscuridad es Jesucristo. Al principio, fue difícil para mí relacionarme con Él como un hombre porque yo había sufrido mucho por causa de los hombres. Pero al poder acercarme a Él en adoración eucarística, me sentí segura. Solo Él conocía mi dolor y todas las heridas que yo había llevado durante todos esos años. No importa cuánto me apartaba de Jesús, Él nunca me rechazó ni me despreció.
Si estás sufriendo el quebrantamiento, el arrepentimiento, la vergüenza y las heridas del pasado, no estás solo/a. Ahora es el momento de librar tu propia batalla. Ahora es el momento de decidir que tu pasado ya no determinará tu felicidad, presente o futura. Pero, ¿por dónde se empieza a sanar?
Debido a los terribles escándalos ocurridos recientemente dentro de la Iglesia, mucha gente considera que la Iglesia ha perdido toda credibilidad y autoridad con respecto a sus enseñanzas sobre la sexualidad humana. Pero eso es precisamente lo que el diablo quiere que creamos, para mantenernos alejados de la restauración que Dios quiere ofrecernos. En mi caso, mi Fe católica fue como una balsa salvavidas en medio de la tormenta. En particular, descubrí cuatro secretos para la sanación sexual que me ayudaron en los momentos más oscuros: la terapia, los sacramentos, un director espiritual y la amistad piadosa. Además de buscar esos verdaderos consuelos, también tuve que desprenderme de los falsos consuelos de las relaciones tóxicas y de las amistades que solo sacaban lo peor de mí. A día de hoy rezo por esas personas, pero ahí se termina la cosa.
Debemos recordar que la roca y el fundamento de nuestra Fe católica es Jesús mismo. Si ponemos nuestra fe en la humanidad caída, nos decepcionaremos sin duda alguna. Pero si realmente creemos que el mismo Dios que nació de la Virgen María y murió en la cruz espera que lo visitemos en cada Sagrario, no tenemos nada que temer.
No puedo hablar por todos los católicos, pero mi Fe no se verá quebrantada por lo que ha sucedido en nuestra Iglesia. Esta dolorosa purificación debería impulsar a cada uno de nosotros a desear superar este desastre y rezar por las víctimas (y los culpables), para que Dios tenga misericordia de todos nosotros. La solución no es alejarse o tratar los pecados de los demás como excusa para rechazar la Iglesia y entregarnos a nuestros propios pecados.
No importa lo que hayas hecho o lo que los otros te hayan hecho, Dios quiere hacer grandes cosas en tu vida. Nunca estarás demasiado lejos o fuera del alcance de Su misericordia. Pero ten paciencia. Yo sé que todavía me estoy recuperando y tengo cosas en las que trabajar, pero ya no cargo más con la vergüenza de lo que me pasó. Mi pasado ya no define quién soy porque ya no creo en las mentiras. Es verdad que todos tenemos heridas, inseguridades, miedo y pecados. Tal vez piensas, como yo pensaba de mí, que nunca los superarás, pero en realidad nunca es demasiado tarde para empezar de nuevo. Todo lo que importa hoy es el camino que vas a seguir a partir de ahora. Dios nos promete: “Ahora hago nuevas todas las cosas”. O, en palabras de Santa Teresita, “Dios no nos inspira a hacer lo que no se puede hacer”.
Crystalina Evert is the founder of Women Made New Ministries and the co-founder of Chastity Project. She is a best-selling author of the books Pure Womanhood, and How to Find Your Soulmate without Losing Your Soul. Crystalina has spoken internationally to hundreds of thousands of people about the virtue of chastity, healing, and God’s plan for human sexuality. Women Made New encourages women in need of personal healing, empowering them to become the women God created them to be.