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Castidad: no se trata de las reglas

Dos días después de nuestro compromiso, estábamos juntos en la misa. Le dije a Daniël que deberíamos pedirle una bendición al sacerdote, porque era el primer sacerdote que habíamos encontrado desde el compromiso.

Así que, después de la misa vimos al sacerdote, nos presentamos y le preguntamos si nos daría la bendición. La conversación fue así:

Sacerdote: Primero, ustedes conocen las reglas, ¿no?
Daniël: ¿Las reglas?
Sacerdote: Sí, las reglas. Las reglas sobre su compromiso.
Yo: ¿Qué reglas?
Daniël: Padre, por favor explíquese más …
Sacerdote: El hecho de que están comprometidos no significa que estén casados. Ustedes no pueden hacer las cosas que hacen las personas casadas.
Yo (viendo dónde quería llegar): ¿Está hablando de sexo? ¿Está hablando de que no deberíamos tener relaciones sexuales hasta el matrimonio?
Sacerdote: Sí.
Yo: Bueno …… .sí. Por supuesto.

Fue un encuentro incómodo para mí. El sacerdote nos dio una muy bonita bendición después de nuestra conversación, pero me entristeció el hecho de que no se tomó un momento para conocernos antes de decirnos de una manera muy extraña que el hecho de estar comprometidos no significa que podamos romper “las reglas”. No culpo a ese sacerdote, ya que muchas parejas no eligen el mismo camino que Daniël y yo hemos elegido y para algunos esta enseñanza no es obvia, y debo otorgarle el beneficio de la duda y pensar que estaba tratando de catequizarnos de la mejor manera que sabía. Después de todo, él probablemente ve a muchas parejas que viven otros estilos de vida, y tiene que ser valiente al llamarlas a ser castas.

Pero mientras reflexionaba sobre mis sentimientos sobre el encuentro, pensé en cómo el mundo también razona de esta manera … nos hemos amado durante casi dos años. . . Debemos estar desesperados por tener sexo, ¿no?

Eso no es cierto, en absoluto. Abstenerse de tener relaciones sexuales hasta el matrimonio nunca ha sido cuestión de seguir una “regla”, aguardando desesperadamente que llegue el fin de la restricción. Tampoco es que tengamos urgencia por casarnos para poder introducir este elemento en nuestra relación.

¿Por qué? Porque nuestra relación es increíblemente maravillosa y satisfactoria como está. . . nuestra relación ha consistido únicamente en conocer el corazón del otro, lo que siempre me ha hecho sentir cómoda, feliz y segura durante todo el tiempo que hemos estado saliendo. Ni por un momento me he preguntado si Daniël me está utilizando por mi cuerpo, y nunca he cuestionado en qué se basa su amor por mí. Estoy agradecida. Hemos decidido juntos seguir las leyes de Dios porque sabemos que Dios las decretó para el bien de nuestros corazones humanos.

El mundo nos dice constantemente que el sexo es una parte integral de cada relación, mientras que la mayoría del tiempo se olvida de decirnos que hay muchas otras formas no físicas de mostrar el amor a alguien. Les dice a los jóvenes que, si no conocen a su pareja física e íntimamente, es algo raro, algo anda mal. Nuestra cultura dice que las relaciones románticas sanas se basan en una buena vida sexual, y no dice nada sobre el sacrificio y la entrega profunda, verdadera y genuina de sí mismo. Basta con leer los titulares de algunas revistas para jóvenes. . . tantos artículos de portada parecen ser sobre citas en lo que respecta al sexo. No veo titulares ni artículos de portada sobre el sacrificio.

Nunca he tenido que ofrecerle mi cuerpo a Daniël para que nuestra relación sea “normal”, ni tampoco tengo tanta prisa por ofrecerle mi cuerpo que tan pronto como él ha puesto un anillo de compromiso en mi mano, yo decido que es lo mismo que el sacramento del matrimonio. No lo es, y lo sabemos. El don del sexo pertenece al sacramento del matrimonio para que los casados se unan de la manera más hermosa, y no, el compromiso no es el sacramento del matrimonio. Y para mí está bien, porque cuando llegue el día en que recibamos este sacramento, todo será como debería ser: dentro del contexto adecuado, el contexto más hermoso, más seguro y más firme, dentro de un sacramento lleno de gracia en el que hemos hecho una alianza con Dios de amarnos uno al otro, pase lo que pase.

Mientras tanto, continuaremos amándonos durante los próximos meses de este compromiso, apoyándonos espiritual y emocionalmente, alentándonos con alegría a crecer para llegar a ser las personas que Dios quiso que fuéramos y para lo que nos creó, y pasándola bien en todo el camino.

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emilywilson_avatar_1386644975-300x300-2Emily Wilson planned her whole life to become a sports reporter but ended up as a Catholic musician and speaker at the hand of God. She lives out of her suitcase and travels across the world speaking and singing with people of all ages. The heart of her ministry is offering encouragement to teen girls in their search for their true identity. “The world doesn’t need what women have, it needs what women are.” -St. Teresa Benedicta of the Cross. You can visit her website and listen to her music at www.emwilsonmusic.com.

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