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5 cosas que la gente no entiende sobre de la castidad.

La castidad, por lo que puedo decir, es una de las palabras que más se tienden a malinterpretar en nuestro idioma.

La gente suele asociar este término con algo que es represivo, degradante y antinatural. ¡Pero nada más lejos de la realidad! La castidad nos dice que el sexo, nuestros cuerpos y nuestros deseos son tan buenos, que son sagrados, por lo que merecen ser respetados y venerados. La castidad no se trata de decir “no” a algo o de establecer un conjunto de normas–sino de decir SÍ al amor verdadero.

  1. No es abstinencia.

La definición de “abstinencia” es “la acción de abstenerse de algo”. Esto sería algo parecido a decirte ‘abstente’ de pensar en elefantes rosas. ¿En qué te hará pensar? Eso es, ¡En elefantes rosas!

En su lugar, donde la abstinencia te dice que NO hacer, la castidad te da instrucciones para llevar una vida plena y satisfactoria.

La abstinencia se centra en el “no”, mientras que la castidad se centra en el “si”, sí al amor auténtico y a una afirmación radical del valor de nuestra sexualidad.

  1. Es una virtud para toda la vida.

La gente puede pensar que la castidad es algo que se gana una vez para siempre. Y no lo es. La castidad es una virtud –que nace del hábito de hacer lo que es correcto- tal como la honestidad, la paciencia o la bondad.

¿Existe alguna edad en particular en la que las personas puedan dejar de ser honestas? Cuando la gente se casa, y solo por eso, ¿Deberían de dejar de ser honestos? ¡No! ¿Por qué? Porque la honestidad – como virtud- es un hábito de por vida.

Lo mismo pasa con la castidad. Sin importar la edad o la vocación, es una virtud que está hecha para todos. Y créeme, es una virtud muy buena.

  1. Todos estamos llamados a ella. Punto.

Recuerda que la castidad es una virtud: es el hábito de hacer lo que es correcto con nuestra sexualidad. ¿Tiene sentido casarse y después, súbitamente dejar de hacer lo que es correcto con nuestros cuerpos, nuestra mente y nuestros corazones? ¡De ningún modo!

La forma de vivir la castidad es diferente según la vocación, a continuación se presentan los tres estados básicos de la vida – todos en este planeta se pueden situar en una de estas tres categorías:

Soltero.

En este caso “soltero” significa “no comprometido de forma permanente” por lo que incluye también a las parejas de novios. Dado que las personas solteras aún no han hecho un voto permanente por medio de la palabra (votos de boda) es aún demasiado pronto para hacer un voto similar con sus cuerpos (intimidad sexual). Por lo tanto, en este estado, la castidad se centra en la construcción de una relación saludable, que tiene el potencial de convertirse en un matrimonio fuerte. Esto implica salir, crecer en nuestra cercanía a Cristo, conocerse a sí mismo, etc. Por lo tanto, la castidad en una persona soltera, sí involucra abstinencia- pero es mucho más que eso.

Casado.

Una manera en que las parejas casadas practican la castidad es a través de la intimidad sexual. Si, lo has leído bien. Solo cuando dos personas han hecho un voto permanente con sus almas en el altar, es cuando es apropiado para ellos hacer un voto similar con sus cuerpos para que el compromiso pueda implicar una totalidad en sí mismo.

Sin embargo, el matrimonio también implica tener tiempos de asistencia por un sinnúmero de razones (una enfermedad, un viaje, un cónyuge cansado, la planificación natural familiar, etc.) y estos tiempos de abstinencia también pueden llegar a ser una expresión de amor.

Vida religiosa o sacerdocio.

Los sacerdotes y los/las religiosos/as renuncian intencionadamente al matrimonio humano. ¿Por qué? Porque están saltando directamente a la unión divina para la que todos estamos creados. El matrimonio humano es simplemente un reflejo de la unión definitiva con la Trinidad para la que fuimos creados. Por lo tanto, al igual que un marido y su mujer entregan toda su persona al otro – los sacerdotes y religiosos dan todo de sí mismos para Cristo y su Iglesia. En esta vocación, la castidad sí implica abstinencia, pero también implica una profunda e intencionada vida espiritual y un auto sacrificio.

  1. No se trata de limitar tu felicidad.

En su esencia, la castidad se trata de perseguir el amor verdadero. El Amor – que busca el bien de una persona antes que el nuestro propio – puede implicar duros sacrificios. Entonces naturalmente, la castidad también puede ser un desafío. Pero la intimidad sexual es mucho mejor cuando está fundada en un amor verdadero. El amor verdadero vale la pena, y la castidad es la forma de llegar a él. No es de extrañar que San Juan Pablo II dijera que la castidad es “el camino seguro hacia la felicidad”.

  1. Se trata de libertad.

La mayoría de la gente piensa que la libertad es “hacer todo aquello que quieras”, pero ¿es esto cierto? ¿No pueden esclavizaros a veces nuestros deseos? Imagina a alguien que haya probado la cocaína en una fiesta y ahora no pueda dejar de consumirla. La cocaína se habrá llevado consigo cualquier existencia de libertad. En cambio, la verdadera libertad es la capacidad de hacer lo que debemos hacer. Al tomar buenas decisiones, podemos mantener la capacidad de tomar decisiones en general. La castidad mantiene intacta nuestra libertad.

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Hempen PictureForest Hempen is an energetic twentysomething who currently resides in Cincinnati, Ohio. She travels as a chastity educator by day and sells clothes to adorable babies by night. Ultimately, Forest hopes to make a living as a Theology of the Body speaker and writer. She’s a die-hard Lord of the Rings fan, an avid geocacher, and a Sherlock wannabe. You can follow her theological ponderings on her blog, follow her more closely on Twitter at @foresthempen, or reach out to her at forest@pc-west.org.

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