
Nunca le he pegado en la cara a una persona, pero hay momentos cuando quisiera ignorar la virtud del domino propio y dejar los puños volar. Unos meses antes de mi boda alguien me pregunto (conociendo que era una mujer de 29 años y virgen por decisión propia) “¿Entonces tu prometido es virgen también?” Le respondí, “No.” Y su respuesta Read more…